«El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.»
Miguel de Unamuno
Últimamente leo noticias y hablo con personas que se encuentran bajo un estado de ánimo en el que la desesperación es el denominador común.
La desesperación, podríamos definirla como una sensación de pérdida de control sobre la realidad que vivimos que nos genera un indudable malestar físico y psicológico. Conlleva cólera, rabia, impotencia, pérdida de esperanza, tristeza, desasosiego y una larga lista de emociones y sentimientos negativos a cuya existencia podemos sacarle partido si, en vez de dejarnos arrastrar por ellas, las percibimos como lo que son: una señal de advertencia para generar los cambios necesarios que nos permita volver a ser felices.
Aunque la realidad suele ser otra pues este malestar genera un conflicto en la vida de aquél que lo padece y lejos de encontrar soluciones tendemos a bloquearnos sin saber qué hacer, ni como avanzar. Pero es precisamente la búsqueda de alternativas al recurso a al que recurrir para salir de esa sensación de pérdida de control sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
Si nos dejamos atrapar por este complejo estado emocional y damos por sentado que no podemos hacer nada para evitarlo estaremos cometiendo un error: pensar que nuestra vida depende sólo de factores externos, que no podemos hacer nada o no depende de nosotros, cuando la realidad es que existen opciones.
«Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volved a pulir». Nicolás Boileau
Hace tiempo publiqué una entrada que hacía referencia a la solución de problemas (https://hoyquierohablarde.wordpress.com/2012/11/29/problemas-y-mas-problemas-puedo-solucionarlos/) cuya finalidad es intentar tomar el control de la situación y buscar alternativas a nuestros problemas que puede ser de utilidad como punto de partida.
Con independencia de la gravedad de los problemas, aclarar las ideas (reflexión), buscar soluciones, elaborar un plan y ponerlas en práctica genera un cambio en el estado emocional, una sensación de control que por sí misma impide que entremos en esa dinámica de desesperación., la cual nos causa un estado contraproducente que nos impide salir de las situaciones que nos está generando ese conflicto emocional y mental.
«Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente. «
Lewis Carrol.