El ser humano, tiene un don único, el lenguaje. Gracias a el expresamos nuestros pensamientos, emociones y deseos.
Sin embargo, comunicarse bien, puede no resultar tan fácil. Es frecuente que haya mal-interpretaciones o que no se encuentre la forma o palabras adecuadas para expresar lo que se siente.
Existen algunas pautas que, con la práctica, resultan de gran utilidad.
- En primer lugar, es imprescindible, saber de antemano que queremos expresar para evitar bloquearse o decir algo que no se quería decir.
- No dar por hecho que los demás saben lo que piensas.
- Feedback/retroalimentación. Cerciorarse que la persona con la que se interacciona está entendiendo lo que se dice en el transcurso de la conversación o pedir su opinión.
- Ser claro, breve y conciso. Evitar repeticiones y dar vueltas a un mismo tema.
- No hablar sin control para evitar que la persona que escucha se pierda en el discurso. Guardar pausas e interaccionar.
- La tonalidad. Este aspecto es muy importante y que a veces se descuida. Hacer uso del tono interrogativo, exclamativo para mejorar la expresividad y no usar los extremos : como hablar muy bajo o muy alto.
- Cuidar el lenguaje no verbal. La mirada, el gesto, la voz, las manos, las expresiones faciales. Todo cuenta a la hora de expresarse.
- No imponer tus ideas en un tono imperativo y dar por hecho que se tiene la razón.
- La necesidad de expresión en una conversación es bidireccional. Quién escucha probablemente también tiene algo que decir.
- Aceptación de críticas autoconstructivas ,es decir, aquellas opiniones que pueden resultar de utilidad para cambiar ciertos aspectos.
- Elegir el momento y lugar adecuado.
- Respetar la distancia para evitar intimidar.
- Evitar el lenguaje/tono monótono ya que puede resultar muy tedioso para la persona que escucha o malinterpretar lo que dices por la falta de expresividad en lo que se cuenta.